
POR: CHEYCO CENTENO
El desequilibrio es la causa de una
situación y el efecto son los signos y síntomas que produce una enfermedad y
para debatir al respecto de la definición de la misma hay que dar seguimiento a
las causas y a los efectos.
Recibimos hace poco una explicación
escueta acerca de la imagen misma de nuestra organización; un determinado
doctor cuya opinión dejó más interrogantes que respuestas nos escribió tratando
de hacernos ver su punto de vista en defensa de la organización. No lo
conocemos pero su intervención fue para nosotros mayor evidencia de la
ignorancia en la que han sumido a muchos de nuestros hermanos explicándonos
aspectos formativos de la obra que no tienen un fundamento eclesiástico sino
empresarial. En su comunicación básicamente dijo que la organización a nivel
mundial debe ser y es manejada como una transnacional, la fórmula operativa de
nuestra administración según nos dijo es ignorada por la gran mayoría de
hermanos a nivel mundial, pero aseguró que es la mejor y única manera de llevar
a cabo las operaciones de la iglesia para la ejecución de nuestros planes.
Desde luego los tecnicismos legales
han permeado la obra permitiendo que muchas prácticas populares se infiltren en
nuestra manera de conducir nuestro evangelio. Abrir la boca para expresar ideas
preconcebidas para que aceptemos lo que no debiera ser, es dejarnos engañar por
dirigentes que han perdido de vista que la misión de una iglesia es, seguir
siendo una iglesia y no una transnacional. Nosotros no vendemos un producto,
llevamos el evangelio algo para lo cual no hay una regulación comercial que nos
convierta en una empresa, sin embargo si configuramos a nuestra iglesia como
una transnacional alejándola de su propósito evangelístico, claro, podrán
convertir a una OSFL en una entidad rentable para algunos, queriéndose eximir
de las responsabilidades fiscales con la imagen de una iglesia, por lo tanto es
evasión. Las iglesias por su calidad de OSFL tienen privilegios del no pago de
impuestos para algunas actividades, pero cuando estos privilegios se violan
convirtiendo una actividad religiosa en una actividad lucrativa, se desmoronan
los principios fundamentales que nos hacen ser una iglesia.
Pero vamos a profundizar un poco
más aún. Cuando la ambición de los líderes cambio en sus deseos por levantar
más edificios y fundar más instituciones por encima de la ganancia y rescate de
almas, ¿dejamos de ser una iglesia para convertirnos en una transnacional? No,
pero sí dejamos de cumplir la misión; esa es la enfermedad que sufre nuestra
organización en Panamá. Nuestra mayor preocupación no debe ser crecer en
edificios e instituciones hasta límites incontrolables, sino regresar a los
principios evangélicos de la iglesia. Acelerar el crecimiento de un campo
provocará caos y traerá ideas fuera de lo común para sostener una
administración inflada por la ambición de ser más de lo que necesita ser, esta
ha sido la realidad que estamos viviendo en Panamá.
Decir que la iglesia adventista
debe operar como una transnacional es para mí un sacrilegio, nuestra iglesia es
la iglesia de Dios, si los dirigentes introducen prácticas contraproducentes al
espíritu mismo de la obra, pondrán en peligro nuestra misión, estaremos
igualándonos al mundo y por lo tanto tarde o temprano estaremos siempre
inmiscuidos en problemas legales porque es lo que el enemigo desea. No somos
nosotros los que reclamamos una explicación quienes estamos poniendo en riesgo
la institucionalidad de la iglesia y sus privilegios, sino aquellos que con el
poder de la dirigencia están realizando actos deshonestos que chocan con los
principios de la iglesia. Todos los
sábados escuchamos a nuestro presidente decirle a toda la feligresía en Panamá
que estamos atacando a la iglesia. La iglesia es el cuerpo de Cristo, las malas
prácticas son las enfermedades y el cáncer que han creado dentro de ella
dirigentes sin escrúpulos, nosotros nos hemos constituido en los anticuerpos
que necesita la iglesia para desplazar la enfermedad que nos aqueja como cuerpo
de Cristo. Los anticuerpos luchan desde adentro no desde afuera, ellos nos
quieren eliminar de la iglesia para seguir creciendo como enfermedad con sus
malas prácticas, sin embargo la enfermedad ha crecido tanto que el cuerpo de
Cristo que es la iglesia considera que esta debe ser parte de él. Cuando los
anticuerpos no pueden eliminar el problema, vienen otras soluciones para poner
en orden todas las funciones de la iglesia. La iglesia no es inmune a la
enfermedad de la autosuficiencia y cuando es incontrolable desde adentro llegarán
refuerzos desde afuera; es cuando intervienen los antibióticos para curar la
enfermedad (Leyes Civiles). Obviamente a través del proceso habrá dolor
(Incomodidad de la hermandad), pero al final si es la voluntad de Dios, el
cuerpo de Cristo sanará y volverá a sonreír.
El doctor que nos escribió para que
aceptáramos su opinión como una verdad absoluta, no se equivocó en algo.
Nuestra iglesia en Panamá, posee una administración organizativa que dio visos
de operar como una transnacional, ahora estamos viendo una de las
características de una transnacional mal administrada en nuestro campo; veamos
algunos ejemplos que nos hacen entender lo que ocurre en Panamá dentro de
nuestra iglesia. Hace algunos años la empresa Volkswagen de Alemania se
convirtió en la transnacional con mayor venta de autos en Europa, paralelo a
ello invirtieron en la compra de algunas marcas de automóviles que estaban casi
en la quiebra y se aliaron a otras marcas para aumentar su expansión. La marca
creció tanto y tan aceleradamente que la rentabilidad comenzó a caer por la
lentitud de los procesos de investigación y fabricación y obvio el mercado se
comenzó a contraer para ellos y se vieron en la necesidad de una reingeniería
administrativa que los obligó a vender parte de sus bienes, disminuir la
planilla, cerrar fábricas, etc., hasta lograr el equilibrio económico para continuar
siendo una de las principales marcas del mundo automotriz.
El segundo ejemplo lo representó
GMC (General Motors Company), otra transnacional de muy alta reputación, la situación
económica de la primera década del siglo
XXI, hundió a GMC en una crisis con similares características a VW, pero con un
trasfondo constituido por una breve recesión económica en Estados Unidos. Había
crecido tanto y descontroladamente que obligó a esta corporación a reducir
gastos de manera radical, recortando personal, cerrando fábricas y despidiendo
del mercado a marcas icónicas como Pontiac, Oldsmobile, Saturn, Geo, etc. Estas
filiales nunca más han vuelto a fabricar un automóvil. Asfixiadas por
ambiciosos proyectos pero mal planificados, estas dos transnacionales tuvieron
que tomar decisiones salomónicas para poder seguir siendo compañías rentables
para mantener su competitividad. Una transnacional tiene como primordial
objetivo ser rentable, con el perdón del doctor que nos increpó, nuestra
iglesia tiene como principal objetivo la terminación de la predicación del
evangelio en todo el mundo. No es lícito para nuestra iglesia introducir
prácticas comerciales populares para buscar rentabilidad, Nuestra rentabilidad
consiste en salvar las almas para el reino de los cielos, hermanos que con sus
recursos conviertan en rentable la predicación del evangelio a través de sus
Diezmos, ofrendas y donaciones.
Si algunos consideran que quienes
estamos en la iglesia tenemos que ser ignorantes para aceptar todo como viable,
creíble y plausible, lamentamos tener que informarles que hay profesionales en
las filas del Señor que nos damos cuenta de lo que están haciendo y es nuestra
obligación es pedir una explicación. Ya hemos sido tildados de apócrifos, pero
ni la biblia ni el Espíritu de Profecía condena lo que en todo derecho la
hermandad de la iglesia necesita saber.
La iglesia en Panamá tuvo un
crecimiento forzado que ahora está a obligando a sus administradores a realizar
despidos masivos y no necesariamente justificados, cierre de escuelas y
colegios y quien sabe que otras cosas más, casi todas las iglesias e
instituciones tienen préstamos incluyendo a los pastores y en medio de su
proceso de inflación, son como una olla de presión que está a punto de
explotar. Ciertamente en este aspecto han funcionado como una transnacional, la
ambición por demostrar que todo lo pueden, los ha llevado a realizar proyectos
a diestra y siniestra sin calcular el precio que al final tendrán que pagar. El
déficit presupuestario en algunas de nuestras filiales como lo son las
asociaciones y misiones se hace evidente aunque ellos no lo mencionen. Los regímenes
populistas como el que vivimos en nuestra iglesia en Panamá nos hace culpables
por ingenuos de todo este desorden administrativo que puede acabar con destruir
las finanzas de nuestras iglesias hundiéndonos en préstamos hasta el cuello,
dejándonos comprometidos con acreedores que aún no conocemos.
Siendo más claros, ellos han
querido demostrarle a la hermandad que son tan capaces que pueden hacer crecer
la obra tanto como para que los hermanos se maravillen y los líderes superiores
también. Lo más triste del caso es que a pesar que existen evidencias para un
futuro desastre, tanto los hermanos como los líderes máximos parecen haber
creído en este montaje ficticio que hemos descubierto y queremos demostrar en
medio de la indolencia. No tenemos nada que esconder, pero sí mucho por
descubrir, con toda seguridad si no existieran tantas pruebas de lo que decimos
no estaríamos en esta lucha en la cual somos condenados por propios y extraños,
pero todos los que estamos en esta odisea tenemos la convicción que Dios está
de nuestra parte por muchos factores. Sentimos un profundo celo santo porque
las cosas dentro de nuestra iglesia se enderecen y se haga justicia, no podemos
explicar la indignación que nos abruma por recibir cada día llamadas y reportes
de las cosas que planean hacer para eliminarnos de los libros de la iglesia.
Los planes de ellos están al descubierto, solo falta que ellos acepten que
cometieron errores, eso lo podemos comprender, pero lo que no comprendemos es
que no los quieran aceptar y para cubrir las huellas del desastre, se aferren
al poder sin darse cuenta que se hunden más aún en el problema.
Si ellos ahora dicen que no existen
préstamos, exhorto a todos los tesoreros de iglesias e instituciones adventistas
para que no hagan abonos a ningún préstamo proveniente de fondos rotativos y
menos de ningún fondo CASE, pues tales préstamos no se hicieron.
Lo que debiera ser un devocional
con informes del verdadero avance evangelístico todos los sábados por la mañana
en la radio, se ha convertido en una ventana de defensa al escuchar al
presidente hablar de los supuestos ataques contra la iglesia que estamos
llevando a cabo. Ninguno de ellos conoce la calidad de pruebas y testigos que
tenemos que podrán demostrar hasta dónde sus ambiciones han podido llegar para
pisotear la conciencia de los hermanos y de los líderes superiores también.
Así como ellos dicen que Dios nos
pasará factura, creemos firmemente que es a ellos a quienes les corresponderá
dar muchas explicaciones de los malos manejos fuera de la ley de Dios y fuera
de la ley de los hombres que han realizado por muchos años.
1 comentario:
Totalmente de acuerdo mi hermano, la iglesia no es una transnacional, es el cuerpo de Cristo, por la cual murió, para remisión de pecados. He tenido la oportunidad de hablar con algunos hermanos, y lamentablemente, aún no entienden la situación en que vivimos, argumentan que no son los debidos procesos los que se están utilizando, y muchas otros argumentos. Pienso que no leemos como deberíamos, pues al hacer este ejercicio, se darían cuenta, de todo el recurso que se ha utilizado, para sanear, está administración. Ya las cartas están echadas, no hay marcha atrás, aquel que en verdad, sienta la necesidad de adecentar esto, tome parte activa, y denuncie las malas praxis, que se han estado cometiendo. El Señor te bendiga inmensamente, Cheyco Centeno, y no solo a tí, sino también, a todos aquellos que de una u otra forma, están aportando su granito de arena, para finiquitar está muy mala administración, y todos sus secuaces.
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