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martes, 24 de diciembre de 2019

CAUSA Y EFECTO DE UNA MALA ADMINISTRACIÓN EN PANAMÁ


POR: CHEYCO CENTENO

El desequilibrio es la causa de una situación y el efecto son los signos y síntomas que produce una enfermedad y para debatir al respecto de la definición de la misma hay que dar seguimiento a las causas y a los efectos.
Recibimos hace poco una explicación escueta acerca de la imagen misma de nuestra organización; un determinado doctor cuya opinión dejó más interrogantes que respuestas nos escribió tratando de hacernos ver su punto de vista en defensa de la organización. No lo conocemos pero su intervención fue para nosotros mayor evidencia de la ignorancia en la que han sumido a muchos de nuestros hermanos explicándonos aspectos formativos de la obra que no tienen un fundamento eclesiástico sino empresarial. En su comunicación básicamente dijo que la organización a nivel mundial debe ser y es manejada como una transnacional, la fórmula operativa de nuestra administración según nos dijo es ignorada por la gran mayoría de hermanos a nivel mundial, pero aseguró que es la mejor y única manera de llevar a cabo las operaciones de la iglesia para la ejecución de nuestros planes.
Desde luego los tecnicismos legales han permeado la obra permitiendo que muchas prácticas populares se infiltren en nuestra manera de conducir nuestro evangelio. Abrir la boca para expresar ideas preconcebidas para que aceptemos lo que no debiera ser, es dejarnos engañar por dirigentes que han perdido de vista que la misión de una iglesia es, seguir siendo una iglesia y no una transnacional. Nosotros no vendemos un producto, llevamos el evangelio algo para lo cual no hay una regulación comercial que nos convierta en una empresa, sin embargo si configuramos a nuestra iglesia como una transnacional alejándola de su propósito evangelístico, claro, podrán convertir a una OSFL en una entidad rentable para algunos, queriéndose eximir de las responsabilidades fiscales con la imagen de una iglesia, por lo tanto es evasión. Las iglesias por su calidad de OSFL tienen privilegios del no pago de impuestos para algunas actividades, pero cuando estos privilegios se violan convirtiendo una actividad religiosa en una actividad lucrativa, se desmoronan los principios fundamentales que nos hacen ser una iglesia.
Pero vamos a profundizar un poco más aún. Cuando la ambición de los líderes cambio en sus deseos por levantar más edificios y fundar más instituciones por encima de la ganancia y rescate de almas, ¿dejamos de ser una iglesia para convertirnos en una transnacional? No, pero sí dejamos de cumplir la misión; esa es la enfermedad que sufre nuestra organización en Panamá. Nuestra mayor preocupación no debe ser crecer en edificios e instituciones hasta límites incontrolables, sino regresar a los principios evangélicos de la iglesia. Acelerar el crecimiento de un campo provocará caos y traerá ideas fuera de lo común para sostener una administración inflada por la ambición de ser más de lo que necesita ser, esta ha sido la realidad que estamos viviendo en Panamá.
Decir que la iglesia adventista debe operar como una transnacional es para mí un sacrilegio, nuestra iglesia es la iglesia de Dios, si los dirigentes introducen prácticas contraproducentes al espíritu mismo de la obra, pondrán en peligro nuestra misión, estaremos igualándonos al mundo y por lo tanto tarde o temprano estaremos siempre inmiscuidos en problemas legales porque es lo que el enemigo desea. No somos nosotros los que reclamamos una explicación quienes estamos poniendo en riesgo la institucionalidad de la iglesia y sus privilegios, sino aquellos que con el poder de la dirigencia están realizando actos deshonestos que chocan con los principios de la iglesia.  Todos los sábados escuchamos a nuestro presidente decirle a toda la feligresía en Panamá que estamos atacando a la iglesia. La iglesia es el cuerpo de Cristo, las malas prácticas son las enfermedades y el cáncer que han creado dentro de ella dirigentes sin escrúpulos, nosotros nos hemos constituido en los anticuerpos que necesita la iglesia para desplazar la enfermedad que nos aqueja como cuerpo de Cristo. Los anticuerpos luchan desde adentro no desde afuera, ellos nos quieren eliminar de la iglesia para seguir creciendo como enfermedad con sus malas prácticas, sin embargo la enfermedad ha crecido tanto que el cuerpo de Cristo que es la iglesia considera que esta debe ser parte de él. Cuando los anticuerpos no pueden eliminar el problema, vienen otras soluciones para poner en orden todas las funciones de la iglesia. La iglesia no es inmune a la enfermedad de la autosuficiencia y cuando es incontrolable desde adentro llegarán refuerzos desde afuera; es cuando intervienen los antibióticos para curar la enfermedad (Leyes Civiles). Obviamente a través del proceso habrá dolor (Incomodidad de la hermandad), pero al final si es la voluntad de Dios, el cuerpo de Cristo sanará y volverá a sonreír.
El doctor que nos escribió para que aceptáramos su opinión como una verdad absoluta, no se equivocó en algo. Nuestra iglesia en Panamá, posee una administración organizativa que dio visos de operar como una transnacional, ahora estamos viendo una de las características de una transnacional mal administrada en nuestro campo; veamos algunos ejemplos que nos hacen entender lo que ocurre en Panamá dentro de nuestra iglesia. Hace algunos años la empresa Volkswagen de Alemania se convirtió en la transnacional con mayor venta de autos en Europa, paralelo a ello invirtieron en la compra de algunas marcas de automóviles que estaban casi en la quiebra y se aliaron a otras marcas para aumentar su expansión. La marca creció tanto y tan aceleradamente que la rentabilidad comenzó a caer por la lentitud de los procesos de investigación y fabricación y obvio el mercado se comenzó a contraer para ellos y se vieron en la necesidad de una reingeniería administrativa que los obligó a vender parte de sus bienes, disminuir la planilla, cerrar fábricas, etc., hasta lograr el equilibrio económico para continuar siendo una de las principales marcas del mundo automotriz.
El segundo ejemplo lo representó GMC (General Motors Company), otra transnacional de muy alta reputación, la situación económica de la primera década del  siglo XXI, hundió a GMC en una crisis con similares características a VW, pero con un trasfondo constituido por una breve recesión económica en Estados Unidos. Había crecido tanto y descontroladamente que obligó a esta corporación a reducir gastos de manera radical, recortando personal, cerrando fábricas y despidiendo del mercado a marcas icónicas como Pontiac, Oldsmobile, Saturn, Geo, etc. Estas filiales nunca más han vuelto a fabricar un automóvil. Asfixiadas por ambiciosos proyectos pero mal planificados, estas dos transnacionales tuvieron que tomar decisiones salomónicas para poder seguir siendo compañías rentables para mantener su competitividad. Una transnacional tiene como primordial objetivo ser rentable, con el perdón del doctor que nos increpó, nuestra iglesia tiene como principal objetivo la terminación de la predicación del evangelio en todo el mundo. No es lícito para nuestra iglesia introducir prácticas comerciales populares para buscar rentabilidad, Nuestra rentabilidad consiste en salvar las almas para el reino de los cielos, hermanos que con sus recursos conviertan en rentable la predicación del evangelio a través de sus Diezmos, ofrendas y donaciones.
Si algunos consideran que quienes estamos en la iglesia tenemos que ser ignorantes para aceptar todo como viable, creíble y plausible, lamentamos tener que informarles que hay profesionales en las filas del Señor que nos damos cuenta de lo que están haciendo y es nuestra obligación es pedir una explicación. Ya hemos sido tildados de apócrifos, pero ni la biblia ni el Espíritu de Profecía condena lo que en todo derecho la hermandad de la iglesia necesita saber.
La iglesia en Panamá tuvo un crecimiento forzado que ahora está a obligando a sus administradores a realizar despidos masivos y no necesariamente justificados, cierre de escuelas y colegios y quien sabe que otras cosas más, casi todas las iglesias e instituciones tienen préstamos incluyendo a los pastores y en medio de su proceso de inflación, son como una olla de presión que está a punto de explotar. Ciertamente en este aspecto han funcionado como una transnacional, la ambición por demostrar que todo lo pueden, los ha llevado a realizar proyectos a diestra y siniestra sin calcular el precio que al final tendrán que pagar. El déficit presupuestario en algunas de nuestras filiales como lo son las asociaciones y misiones se hace evidente aunque ellos no lo mencionen. Los regímenes populistas como el que vivimos en nuestra iglesia en Panamá nos hace culpables por ingenuos de todo este desorden administrativo que puede acabar con destruir las finanzas de nuestras iglesias hundiéndonos en préstamos hasta el cuello, dejándonos comprometidos con acreedores que aún no conocemos.
Siendo más claros, ellos han querido demostrarle a la hermandad que son tan capaces que pueden hacer crecer la obra tanto como para que los hermanos se maravillen y los líderes superiores también. Lo más triste del caso es que a pesar que existen evidencias para un futuro desastre, tanto los hermanos como los líderes máximos parecen haber creído en este montaje ficticio que hemos descubierto y queremos demostrar en medio de la indolencia. No tenemos nada que esconder, pero sí mucho por descubrir, con toda seguridad si no existieran tantas pruebas de lo que decimos no estaríamos en esta lucha en la cual somos condenados por propios y extraños, pero todos los que estamos en esta odisea tenemos la convicción que Dios está de nuestra parte por muchos factores. Sentimos un profundo celo santo porque las cosas dentro de nuestra iglesia se enderecen y se haga justicia, no podemos explicar la indignación que nos abruma por recibir cada día llamadas y reportes de las cosas que planean hacer para eliminarnos de los libros de la iglesia. Los planes de ellos están al descubierto, solo falta que ellos acepten que cometieron errores, eso lo podemos comprender, pero lo que no comprendemos es que no los quieran aceptar y para cubrir las huellas del desastre, se aferren al poder sin darse cuenta que se hunden más aún en el problema.
Si ellos ahora dicen que no existen préstamos, exhorto a todos los tesoreros de iglesias e instituciones adventistas para que no hagan abonos a ningún préstamo proveniente de fondos rotativos y menos de ningún fondo CASE, pues tales préstamos no se hicieron.
Lo que debiera ser un devocional con informes del verdadero avance evangelístico todos los sábados por la mañana en la radio, se ha convertido en una ventana de defensa al escuchar al presidente hablar de los supuestos ataques contra la iglesia que estamos llevando a cabo. Ninguno de ellos conoce la calidad de pruebas y testigos que tenemos que podrán demostrar hasta dónde sus ambiciones han podido llegar para pisotear la conciencia de los hermanos y de los líderes superiores también.
Así como ellos dicen que Dios nos pasará factura, creemos firmemente que es a ellos a quienes les corresponderá dar muchas explicaciones de los malos manejos fuera de la ley de Dios y fuera de la ley de los hombres que han realizado por muchos años.     

1 comentario:

Rubén Dawson dijo...

Totalmente de acuerdo mi hermano, la iglesia no es una transnacional, es el cuerpo de Cristo, por la cual murió, para remisión de pecados. He tenido la oportunidad de hablar con algunos hermanos, y lamentablemente, aún no entienden la situación en que vivimos, argumentan que no son los debidos procesos los que se están utilizando, y muchas otros argumentos. Pienso que no leemos como deberíamos, pues al hacer este ejercicio, se darían cuenta, de todo el recurso que se ha utilizado, para sanear, está administración. Ya las cartas están echadas, no hay marcha atrás, aquel que en verdad, sienta la necesidad de adecentar esto, tome parte activa, y denuncie las malas praxis, que se han estado cometiendo. El Señor te bendiga inmensamente, Cheyco Centeno, y no solo a tí, sino también, a todos aquellos que de una u otra forma, están aportando su granito de arena, para finiquitar está muy mala administración, y todos sus secuaces.

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