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sábado, 23 de noviembre de 2019

LA IGLESIA NECESITA UNA EXPLICACIÓN


POR: CHEYCO CENTENO

Nuevamente y de forma inexplicable, he despertado a media noche con el afán de seguir durmiendo, pero simplemente la inquietud de mis pensamientos no me permite hacerlo. Vino a mi mente un extracto de la sierva del Señor en la que ella menciona querer seguir durmiendo, sin embargo el Espíritu Santo no se lo permitió en diferentes ocasiones, con la frase permanente en su mente “Debes escribir”. No soy la sierva del Señor y me siento indigno de poder hablar en el nombre de Dios; qué más quisiera yo, pero lo cierto es que cada vez que siento este impulso necesito hacerlo para luego poder dormir. Lo curioso es que durante mucho tiempo estuve cavilando acerca de cómo poder hacer, para que nuestros líderes nos escucharán y pudiéramos dar un giro al rumbo catastrófico que lleva nuestra iglesia en Panamá; a veces no me sentía con el valor de pedir una explicación; sin embargo, en respuesta a la indolencia que permea a nuestra feligresía, esta inquietud se profundizaba. Mientras seguía pensando, los problemas continuaban aumentando sin que nadie se atreviera a cuestionar lo que hacen nuestros líderes por temor a la desfraternización. Ya he escrito con mucha paciencia y respeto a nuestros líderes y no pienso mencionar nombres en este artículo, cada uno de nosotros los conoce.
Desde que fui llamado para conocer los hechos, no puedo explicar la paz que mi corazón ha encontrado a pesar de las consecuencias, es como si Dios me hubiera dicho, tienes que escuchar a los demás. Después de haber evaluado las pruebas, he sentido que no importa lo que hagan los abogados defensores de la injusticia, ya nada va a cambiar lo que Dios ha dispuesto que vaya a suceder, aunque mucha gente diga que este plan no es de Dios. Nunca me había sentido más seguro de nada en esta vida no importando lo que pase, porque sé que sinceramente lo he realizado por amor al Señor. Ninguno de los que estamos involucrados en esta solicitud de explicaciones por no decir denuncia administrativa, gana nada en absoluto de este proceso excepto la indignación de los que no entienden lo grave del asunto. No buscamos reconocimiento, no buscamos fama y mucho menos dinero, buscamos transparencia en nuestra iglesia de parte de nuestros líderes. Nuestros pastores necesitan sus trabajos, necesitan sus salarios, pero sobre todo necesitan paz para poder ejecutar su mejor esfuerzo, poniendo en práctica todos sus conocimientos individuales para realizar una mejor labor producto de la tranquilidad que abrigan en sus corazones; la predicación del evangelio es la premisa y un pastor con esta libertad y la unción del Espíritu vale más que Diez líderes ambiciosos que solo sientan a las puertas de las arcas del dinero para dar órdenes como seres infalibles, sin considerar que es el evangelismo a través del bautismo y el aumento de la feligresía el que dará un mayor ingreso para el propósito divino de la predicación.
Cuando los discípulos iniciaron la predicación del evangelio de Cristo, fueron perseguidos y maltratados por quienes consideraban que el sanedrín siempre tenía la razón, los líderes judíos convencieron a todos que el mensaje de Cristo y los discípulos era un mensaje diabólico, hasta llegar a la crucifixión de Cristo y la persecución de sus fieles seguidores, solo pido a la feligresía que no cometamos el mismo error; Cristo y los discípulos fueron los mártires de la verdad, y nuestros líderes han dicho que nosotros seremos mártires de esta situación, que ironía y que casualidad. Apreciados hermanos y amigos lectores, nuestra iglesia tiene el verdadero mensaje y es el pueblo escogido de Dios, sin embargo el enemigo no nos dejará descansar, debemos fortalecer la unidad de la iglesia en busca de la verdad y veremos como el Señor guiará la nave a puerto seguro. Dios no puede trabajar en los corazones de líderes llenos de egolatría y tampoco lo hará, pero muchas veces lo permite para que su pueblo verdadero desarrolle discernimiento y aprenda a tomar buenas decisiones.             
Muchos pensarán que quienes estamos involucrados en la denuncia interpuesta en la Superintendencia de Bancos de Panamá, estamos felices. Otros quizá dirán que un grupo de hermanos se han atrevido a mancillar el buen nombre de nuestra iglesia. Quienes estamos detrás de una explicación eclesiástica a las irregularidades que han tomado curso en nuestro medio por años, hemos decidido ser la carne de cañón a quienes apunten todas las insatisfacciones de quienes confían ciegamente que las cosas se están haciendo bien dentro de la obra. No sabemos a ciencia cierta hasta donde llega esta cadena de favores, pero lo triste es que cientos de personas que conocen esta situación no estaban seguros de sí una solicitud tan radical como la nuestra podría ser la solución a los problemas que por tantos años especialmente los últimos, han estado minando la espiritualidad de la iglesia.
Muchos hermanos de nuestras iglesias nos han de criticar por haber tomado esta ruta para poder conocer la verdad y aún consideran que la vía eclesiástica era la solución, pero daremos una explicación clara de porqué está, ya era la única vía para buscar solución a un problema que benévolamente Dios ha soportado por tanto tiempo y que en su misericordia no ha concluido de una forma más radical aún que la nuestra.

FELIGRESÍA INOCENTEMENTE CRÉDULA
Los líderes astutos y muchas veces malintencionados, son populistas y tienen en común frases como “Estamos haciendo”, “Hemos hecho”, “Tenemos muchos proyectos”, “Vamos a hacer”. Se rodean de personas que aunque no gusten de ellos, sicológicamente comienza a actuar como ellos y sin darse cuenta se convierten en ellos, la historia de la política nos ha demostrado esta realidad. Quienes siguen las filosofías populistas, con el tiempo crean espejismos que sus seguidores ven como progreso, pero que al final los lleva a la autodestrucción. La aparente bonanza de la que hacen gala en sus discursos, poco a poco los convierte en víctimas de sus propias ambiciones.
Lo que muchas personas no han entendido es que la organización es un medio y no un fin en sí mismo para alcanzar un objetivo, la predicación del evangelio; la iglesia es un grupo de creyentes fieles a la verdad y cuyos principios no pueden ser torcidos por la organización, porque ella no está sobre la iglesia. La organización como el nombre lo dice es el ente que organiza las operaciones de la iglesia pero no decide sobre la espiritualidad de los hermanos y el juicio al cual tienen derecho. La organización se puede torcer pero no así la iglesia, porque la iglesia tiene principios divinos establecidos.
Cristo dijo que como ciudadanos de este mundo debemos acatar la justicia terrenal, si no lo hacemos, en algún momento nos tocará enfrentar a la misma. Como personas independientes debemos obedecer las leyes de los hombres, pagar nuestros impuestos, hacer caso las leyes de tránsito y libre circulación, respetar el derecho ajeno, etc. Si como ciudadanos comunes e independientes lo hacemos, con mayor razón debemos hacerlo como líderes de la organización para no dejar en entre dicho la reputación de la iglesia. Son los que manejan la organización los encargados de dar el mayor ejemplo de cristianismo para no poner en duda la credibilidad del mensaje del cual son albaceas.
En defensa de nuestras acciones diré que, nuestro mayor interés es que en la iglesia exista una reforma verdadera, dirigida por pastores entregados a la legítima misión. Las pruebas aportadas para ventilar un caso que a todas luces nunca se debió dar en nuestra organización, sugieren al menos para mí que estamos ante un hecho único e inédito que ha transformado el orden original de nuestra institución religiosa. Las prerrogativas de los actuales líderes en Panamá apuntan más a los estados financieros que a la salvación de las almas. El tiempo en que la prosperidad de la iglesia se basaba en los diezmos, ofrendas y donaciones de hermanos fieles con suficientes recursos quedó atrás, porque para algunos no basta con lo que Dios ha designado para la obra. Dios sabía que introducir cualquier otro método de ingresos en la iglesia para el avance de la obra, provocaría un caos que sembraría en los corazones de los líderes pensamientos que los llevaría a confiar más en sus propios juicios y criterios que en el juicio de Dios.
Cuando tenemos una feligresía inocentemente crédula caemos presos del abuso de líderes inescrupulosos que manipulan la mente de los hermanos a su propia voluntad. El Señor espera que su pueblo tome conciencia y que se despoje del temor abriendo una senda segura para el flujo de la justicia en medio de nosotros. Jeremías 1:18,19 asegura que cuando estamos de parte de Dios y de la justicia, seremos levantados contra líderes autoritarios que se sienten supremos en la posición que ostentan, pero a su vez Jeremías termina diciendo que, pelearán contra ti y no te vencerán.

MANIPULANDO LOS MEDIOS
Cuando las bases que sostienen a una institución se resquebrajan en principios, la caída es inminente. Es difícil confrontar a hombres que tienen los recursos para amedrentar a toda una feligresía, quienes lo hacemos evidentemente corremos riesgos que otros no tienen el valor de tomar. En medio de nuestra organización existen muchas vías a través de las cuales manipular la conciencia de los hermanos, sin que nadie se atreva a cuestionar siquiera lo que a simple vista se nota que pisotea nuestras conciencias. Radio emisoras, televisión por Internet, redes sociales, púlpitos, etc. Son solo algunos de los ejemplos que nos indican la monopolización de la información y la manipulación de las mentes de nuestros hermanos haciéndoles ver en una sola dirección. Resulta evidente que mantienen un control absoluto, pero gracias a Dios dentro de su pueblo existen personas con criterios formados que no se venden tan fácilmente y claro está no somos del agrado de la administración porque necesitamos más que solo promesas para creer todo lo que están diciendo. Esta semana por primera vez pude ver las pruebas que me confirmaron la falta de espiritualidad que es ya característica de algunos de nuestros líderes; individuos carentes de humildad, dispuestos a insultar a sus opositores, déspotas, arrogantes, soberbios, ágiles para la mentira y sobre todo manipuladores. Todas estas características permean a una buena cantidad de nuestros líderes porque no puedo decir que todos son iguales. Lo cierto es que pastores y hermanos, que en ningún momento hubiera esperado que se manifestaran en favor de hombres con estas características, han salido al paso para defender lo que ellos ni siquiera imaginan que hacen estos señores. Siempre he dicho que los medios aguantan todo y está claro que quienes nos oponemos a este tipo de liderazgo corrupto por la mentira, no podremos hacer uso de los recursos con los que ellos cuentan para defenderse de lo que califican como un ataque contra la iglesia. Ignoran que ni siquiera a ellos los estamos increpando, es específicamente a sus malas prácticas administrativas; pero al igual que los líderes populistas utilizaran los medios para justificar sus acciones victimizándose y victimizando a la iglesia para ponernos como culpables del caos. Durante mucho tiempo hemos vivido creyendo en todo lo que ellos nos dicen para no tener que dar explicaciones y así evitar la persecución en nuestra contra, hemos practicado la teoría del caos cuyo principio dicta no alterar las cosas para que exista paz aceptando todo como creíble y correcto, pero ya es hora que hagamos lo que muchas personas se resisten a aceptar y es confrontarlos por todo lo que nunca nos habían dicho que hacían. Sabemos que muchos pueden decir que dejemos las cosas en las manos de Dios, pero aunque este es un principio muy cristiano hay ocasiones en que debemos hacer las cosas como Jesús, él pudo esperar a que el Padre actuara, pero decidió el mismo sacar a los mercaderes del templo, ¿quién ha dicho que nuestro celo por la obra debe impedirnos poner orden en la casa de Dios? Algunos dirán que Jesús lo hizo porque era Dios, pero su indignación humana por lo que debía ser un lugar de santo culto y la impotencia típica de su naturaleza, lo llevó a tener esta reacción; si su naturaleza divina hubiera intervenido no hubieran quedado vestigios de los mercaderes, esa era la verdadera razón de la naturaleza humana de Cristo, experimentar incluso la impotencia de los hombres, así que la comparativa es válida. En apariencia todo se hacía correctamente, pero dejemos que Dios sea el que tome la última decisión y corrija el rumbo de nuestra iglesia y de la organización, bendiciones a todos los hermanos.

1 comentario:

Rubén Dawson dijo...

Muy atinadas y sabias palabras, El Señor te bendiga enormemente mi hermano. Estoy totalmente de acuerdo con lo expuesto.

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