
POR: CHEYCO CENTENO
Nuevamente
hermanos quiero manifestarles que mis comentarios no tienen el objetivo de
hacer referencia a las personas sino a la delicada situación que nos compromete
a todos.
Cuando
Dios estableció la iglesia, a través de pioneros que se despojaron de todo lo
que tenían para abrir paso al evangelio de Cristo, muchos sacrificaron su
estilo de vida para dedicarse a la obra de predicación del mensaje de los tres
ángeles. La iglesia fue levantada con una misión que trajo un mensaje único a
la humanidad y que muy pocos hemos tenido el privilegio de conocer. En medio de
los esfuerzos de los pioneros de nuestra iglesia los obstáculos del enemigo
fueron siempre una constante, especialmente después del gran chasco. Sin
embargo, en todas las épocas de nuestra iglesia nunca han faltado los
problemas, pero el Señor siempre ha enviado obreros que han enderezado los
caminos para que la misión se mantenga viva hasta el tiempo del fin, aún en
medio de las dificultades.
A
medida que nos acercamos al cumplimiento final de las profecías, el Diablo ha
intensificado sus ataques porque sabe que le queda poco tiempo. Hemos visto de
todo en medio de la iglesia en los últimos cincuenta años, la metamorfosis de
la liturgia eclesiástica que cada iglesia cambia como quiere, hasta el punto de
rayar en la irreverencia y el desorden, la música ha sido liberada de sus
restricciones y ya casi todo es permitido con tal de no incursionar en un
debate al respecto, la moda y el maquillaje son de uso corriente y los
caballeros ya no sienten la solemnidad de pasar todo un día vestidos con
elegante modestia para agradar a Dios. Todo, absolutamente todo, se ha
secularizado, y obvio esa tibieza es condenatoria. Hacernos de la vista gorda
ante la inmoralidad de conducta que se ha introducido en la iglesia es mucho
mejor que estar borrando miembros por las razones correctas, porque esto
disminuye las entradas económicas de la obra. Disentir con los administradores
es enfrentarse al denigrante proceso de la desfraternización.
A
partir de este párrafo quiero aclarar las razones del título y espero hacerlo
con la mayor precisión posible.
Desde que se constituyó nuestra
iglesia en 1863, el programa de auto sostenibilidad se basó en el plan de
benevolencia sistemática, durante décadas y en ciento cincuenta y siete años ha
sido el principio fundamental de la autonomía económica de nuestra
organización. Al leer en el Espíritu de Profecía, notaremos que la sierva del
Señor no solo revela que este debe ser el método principal para el avance de la
obra, sino que también añade las donaciones y legados, pero en ningún momento
deja la puerta abierta para que otro tipo de tecnicismo comercial permee a la
iglesia con la excusa de impulsar aún más a la obra. Mientras la sierva del
Señor vivía, el sistema de benevolencia sistemática fue defendido
contundentemente y aunque hubo momentos de relativa paz en cuanto al tema, en
ocasiones recrudecía el debate. La iglesia denominacional debe y tiene que ser
el albacea de todos los elementos que intervienen en la autonomía económica de
la misma como lo son los diezmos, las ofrendas, las donaciones y los legados.
La finalidad de estos ingresos desde un principio se definió para el salario de
los obreros y la predicación del evangelio. Nunca fue promovida ninguna iniciativa
comercial que se prestara para la especulación financiera. Estoy plenamente
convencido que Dios nos entregó un plan infalible que bien administrado
cumpliría el propósito de la salvación, como lo volverá a ser en el tiempo del
fin.
Entre
los pioneros hubo hombres y mujeres que vivieron sacrificios cuando no existía
un estándar establecido de financiamiento para la iglesia, sin duda fueron
tiempos difíciles que no están siendo redimidos en la actualidad, eran tiempos
en los que más que demostrar el progreso económico de la iglesia, existía un
celo indescriptible por la predicación del evangelio y no por querer poseer
cosas y privilegios. Con el pasar de los años y en tiempos de la sierva del
Señor, se erigieron líderes a los cuales ella tuvo que reprender por la forma
mezquina y ambiciosa de controlar no solo el dinero sino también a los hombres
y mujeres que estuvieron bajo sus órdenes. Después del fallecimiento de la
hermana White y con la iglesia organizada, poco a poco se introdujeron en la
iglesia nuevas formas administrativas sin la presencia de alguien que levantara
su voz por muchos años para condenar las estrategias del enemigo que desde
entonces comenzaron a minar a la organización.
Entraremos
en materia de actualidad. Los años han pasado y a través de los congresos de la
Asociación General cada cinco años, siempre tenemos sorpresas de nuevas normas
y reglamentos cuya viabilidad en los Estados Unidos es posible, pero no así en
las demás naciones. En cada país se manejan políticas financieras diferentes,
lo que en Estados Unidos es posible realizar, no necesariamente se puede hacer
en otros países. Pero, en la actualidad las alarmas en muchos países ya se han
encendido dentro de nuestras iglesias, producto de las estrategias comerciales
que hemos adoptado. Estas políticas han provocado levantamientos que no por
inconformidad y disentimiento son movimientos disidentes. Ellos, los líderes
actuales, con tal de alcanzar su propósito de no ser cuestionados por estas
prácticas populares han designado a estos grupos como movimientos disidentes.
Las discrepancias con estos manejos no son de carácter doctrinal por lo tanto
cualquier inconformidad en este sentido no puede ser declarado como movimiento
disidente y ninguna persona debe ser procesada eclesiásticamente por dicha
razón.
INFLACIÓN
ECLESIÁSTICA
De
acuerdo al título de nuestro artículo, dijimos que muy pronto la obra quedará
sin dinero en nuestro país. Muy pocos han medido las consecuencias de la
gestión administrativa de la UAPA, hay detalles interesantes que saltan a la
vista y no hay que ser financistas ni economistas para darse cuenta de lo que está
sucediendo. Desde hace algunos años nuestro campo en Panamá ha adquirido bienes
inmuebles, creado muchos colegios y escuelas, construido misiones y
asociaciones, además de realizar muchas obras de gran envergadura. El
crecimiento acelerado de nuestro campo ha obedecido en gran medida a los
múltiples préstamos que se han realizado para proclamar el “gran avance de la
obra en Panamá”. No es un secreto el asunto de los préstamos, pero una pregunta
que me da vuelta en la cabeza es ¿Qué pasaría si las instituciones e iglesias
de nuestra unión decidieran no pagar más los préstamos en su justo derecho? La
situación sería catastrófica, porque tomando en cuenta que ellos dicen que no
hacían préstamos, entonces no existe razón para pagarlos. Más allá de este
asunto de los préstamos, entendemos que desde hace más de treinta y cinco años
tenemos una financiera que hoy día conocemos como Fondo Rotativo, al menos en
Centroamérica, y ha funcionado bajo el amparo de la iglesia a sabiendas de toda
la hermandad. El problema en Panamá no radica tanto en el Fondo Rotativo que
tiene años operando desde Costa Rica, sino en el esquema de sucursal que se dio
en nuestro país por parte de la Unión y los excesivos intereses aplicados a los
préstamos concedidos.
La
inflación se da, cuando un país o una corporación tienen más gastos operativos
que los ingresos que perciben. En efecto hemos avanzado más en el aspecto
estructural que en el aspecto espiritual. Los índices de crecimiento
estructural aventajan por mucho a los proyectos evangelísticos de gran
importancia. Estas estructuras en su gran mayoría llevan el peso de un préstamo
con intereses exorbitantes, es decir son nuestras pero aún se deben al igual
que las iglesias y sus mejoras. ¿Cómo sucederá esta depresión económica en la
obra en Panamá? Poco a poco surgirán medidas en la obra que dejarán en
evidencia la inconformidad de muchos, la caída de los diezmos y ofrendas será
la primera señal de alarma, el pago por medio de otros métodos a los obreros se
introducirá para disfrazar la carencia de liquidez, la insolvencia para llevar
a cabo proyectos como los evangelísticos, ayudas a los hermanos pobres y las
ayudas a las comunidades por medio de ADRA casi serán invisibles, unido a todo
esto la insolvencia para sostener las palaciegas oficinas que ostentamos hoy en
día en materia de pagos como la luz, los servicios de internet, limpieza, y el personal
de oficina considerados insostenibles y convenientemente sacrificables tendrán
que abandonar sus puestos de trabajo, como secretarias, asistentes de
tesorería, recepcionistas, etc. Todo esto no será al mismo tiempo, pero algunos
meditarán y dirán ¿Cómo será esto posible? Suena casi profético. Ahora lo
explicaré.
La
insistencia por constituir una Financiera, una Cooperativa o un Fondo Rotativo,
obedece a que mucho de los intereses que probablemente eran percibidos de esta
operación crediticia, permitían sufragar muchos de los gastos y privilegios que
hasta este momento y desestimando el perfecto plan de Dios a través de la
benevolencia sistemática han sumado durante años con el pretexto de que pedir
prestado es necesario para el sostenimiento y avance de la obra. Las citas de
la sierva del Señor en las que dice que Dios eliminará todo este dinero
obtenido por medio de métodos del enemigo aparece claramente descrita de forma
textual “Dios, por medio de su providencia elimina el dinero granado por medio
de ardides fraudulentos” (LC. 89.4)
Es
penoso reconocer que a mi juicio estos consejos de la sierva del Señor dejaron
de tomarse en cuenta hace más de treinta y cinco años atrás, viendo el progreso
de la iglesia como un espejismo, una burbuja que está a punto de explotar no
solo en Panamá sino en muchas partes del mundo, por eso se le llama inflación.
De no corregirse toda esta situación, los dirigentes que han provocado toda
esta penosa odisea, tendrán que hacer dos cosas: uno, reconocer su error, a pesar de
quienes estén arriba ejerciendo presión, Dios les concederá gracia ante la
hermandad para levantar dignamente de nuevo el nombre de la iglesia y número dos, quizá
abandonarán sus cargos dejando a la deriva el barco y en manos de hombres y
mujeres consagrados que Dios levantará para reformar su iglesia a su imagen
original. Todos estos cambios no se darán sin sufrimiento, la iglesia pasará
por una transición dolorosa porque se tendrán que tomar decisiones salomónicas
para restaurar la imagen de Dios en nuestra obra, pero ¿cuáles serán las
alternativas?
Probablemente
los cambios que deberán hacerse no serán del agrado de muchos, pero planteo en
el peor de los casos un Panorama que aunque duro, traerá paz a la iglesia. Las
mega obras construidas como palacios administrativos, probablemente tendrán que
ser reducidas a oficinas modestas, vendiéndolas y comprando sencillos establecimientos para minimizar costos de mantenimiento, los
gastos excesivos en viajes y privilegios también deberán ser restringidos en
gran medida para lo estrictamente necesario, las comilonas administrativas
llenas de manjares en restaurantes lujosos, obvio, pagadas por las oficinas y que minan la competencia económica de nuestra institución, también tendrán que ser
minimizadas a lo estrictamente razonable. Por otro lado, los salarios
ministeriales son quizá el punto más álgido de toda esta discusión y en medio
de todo este debate el punto de inflexión en el cual se podrán conocer los
verdaderos intereses de cada pastor. Escuché a un estudiante de teología decir,
yo escogí esta carrera porque los pastores ganan bien, es más, quiero llegar a ser presidente por los privilegios que ofrece. Me detengo en este tema porque
aunque no sea un administrador ni haya estudiado para ello he visto lo que está
pasando y lo valoro como otro de los grandes problemas. Un buen administrador
elabora un sistema de planilla que no ahogue financieramente a una empresa,
pero cuando los salarios son tan elevados que no permiten mitigar el resto de
los gastos de una entidad, tarde o temprano se verán obligados despedir
empleados para equilibrar la falta de liquidez. Nuestros diezmos y ofrendas
actualmente a duras penas alcanzan para pagar a los ministros y sostener las
oficinas con un mínimo de personal, este será otro de los puntos que provocará
la debacle financiera de la obra al menos parcialmente, por eso para ellos es tan necesaria una
entidad paralela, llámese Fondo Rotativo o Cooperativa, no hay que ser un
experto en finanzas para entender esto.
No
estoy profetizando nada, ya eso lo hizo la sierva del Señor, simplemente estoy
diciéndoles cómo se darán las cosas. Todos conocemos la célebre frase “Parecerá
que va caer pero no caerá”, bendito sea el nombre de Dios que así será, el Señor
pondrá todo en el orden correcto sin importar las circunstancias y los
individuos.
UN
REMEDIO PEOR QUE LA ENFERMEDAD
Recuerdo
aun cuando cualquiera de nosotros, hermanos comunes y corrientes de la iglesia
teníamos el privilegio y la gran satisfacción de convivir con los expresidentes
de nuestra obra. En tiempos en los cuales hasta en los campamentos nos
sentábamos a hablar y escuchar los consejos de pastores líderes sencillos
aunque no perfectos pero ausentes de egolatría, pastores como Israel Williams,
Humberto Moreno e incluso al recordado pastor Flavio Villareal. Quizá tuvieron
que lidiar en un principio con el afán de otras autoridades por establecer
unidades de crédito en medio de la obra y si fue así pasó desapercibido, porque
ellos tenían tal cercanía con la hermandad que no podía haber negocio más
importante para ellos.
Un
simple ejemplo del desconocimiento acerca de la koinonía que se vivía antes de
la actual administración, es que han desaparecido las mega reuniones del día de
la hermandad, la pregunta es ¿por qué? Una excusa barata que recibí de un
pastor fue que los diezmos y las ofrendas no se perciben igualmente que cuando
los hermanos están en sus iglesias. Esta excusa me dijo que es más importante
actualmente para la obra el dinero que la convivencia irrestricta de la
hermandad en una reunión de este tipo. Me produce dolor y nostalgia recordar
estas hermosas reuniones de un día sábado entero, solamente por el temor de no
recaudar los suficientes diezmos y ofrendas. Es irónico obviar estas reuniones
cuando contamos con un Fondo Rotativo que genera intereses para cubrir según
ellos dicen, otras grandes necesidades de la iglesia.
En
un tiempo en que decimos que la obra ha crecido tanto, con supuestos grandes
ingresos, es cuando menos poder de predicación tenemos, la recurrente respuesta
de no hay dinero para evangelismo es recibida con insatisfacción cuando vemos
que se invierte a diestra y siniestra diciendo que estamos comprando terrenos,
construyendo iglesias creando proyectos de evangelismo como Misión Caleb y
Jabes, en los cuales nuestros jóvenes tiene que ser sufragados por sus iglesias
y a veces no les alcanza el dinero, añadiendo a todo esto que en ocasiones deben
estar en lugares y condiciones paupérrimas e incomunicados, para cumplir un
cometido. En mi humilde opinión es descarado decir que estamos haciendo y
estamos haciendo, si la obra de Dios está prácticamente detenida por otras
prioridades.
Ante
la cercanía de otro posible gol a la hermandad adventista en Panamá, quiero
cambiar la sonrisa en mueca de nuestros
administradores con todo respeto. Han proclamado por todos lados que somos
disidentes, que somos apócrifos, mensajeros de Satanás y que queremos destruir
la iglesia. No mis apreciados administradores, no se puede destruir algo que ya
han estado destruyendo, si ustedes no logran el cometido de constituir un ente
financiero de ahorro y préstamo dentro de nuestra iglesia, saben perfectamente
que están perdidos. Los gastos englobados que solo ustedes fabricaron serán su
sepultura, no lo que nosotros podamos decir. Las evidencias y sin calumniar ni
injuriar están a la vista y se preguntarán porque estoy tan enardecido, porque
ya he visto muchas humillaciones para tanta gente que no se lo merece,
proveniente de ustedes.
Saben
que no deben crear ninguna entidad financiera porque nunca fue parte del plan
de Dios para el avance de su obra. Se han llenado la boca diciendo que la obra
ha avanzado mucho más, producto de los préstamos y este ha sido el peor error
que han cometido desechando el plan administrativo del Señor, sería mejor que
revelaran sus verdaderos propósitos con estas instituciones de préstamos, pero
en lo que a mi concierne ha llegado el momento en el que Dios los ha de
desplazar para dar paso a aquellos que con humilde esfuerzo volverán a levantar
la obra de las cenizas que ustedes van a dejar. Agradezco a Dios por haber
conocido la iglesia desde mi niñez y haberme dado la oportunidad de ver la
metamorfosis de la misma, para poder revelar la verdad de lo que está
sucediendo para que quienes han de ser salvos, se constituyan también en
atalayas del Señor para proclamar el fuerte pregón, que Dios les bendiga a
todos mis hermanos.
3 comentarios:
Gracias Cheyco por el artículo, le daremos seguimiento a todo lo relacionado con el Fondo Rotativo, los préstamos y su respectiva licencia o no por parte de la Superintendencia de Bancos.
Es importante hacer los esfuerzos para demostrar el uso de los diezmos y ofrendas en dichos préstamos y quiénes son los inversionistas del fondo rotativo.
Sheico, solo una pregunta.
Si tu crees que los adventistas son de Dios, y Dios dice que el oro y La Plata don de El...
Porque te preocupas?
Hola Cheyco, muy docente e ilustrativo el artículo, recuerda que en esto no estás solo, habemos muchos que aún no hemos doblado nuestras rodillas a Baal, solo plugo al Señor, que se arrepientan como lo hizo Zaqueo, y devuelvan todo lo robado con intereses. El Señor continúe bendiciendo tu Ministerio.
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