
POR: CHEYCO CENTENO
El
comunicado que ha desatado toda clase de reacciones en el entorno de la
iglesia, se refiere a una nota emitida de las oficinas principales, y firmada
por ustedes ya saben quién. Se supone que esa nota no tenía que trascender al
resto de la feligresía, el comunicado estaba dirigido a los pastores, empleados y obreros.
Muchos temen comentar al respecto, por efecto de las represalias.
Sin duda
alguna a través de la misma se refleja el carácter del emisor, típico y
familiar para quienes ya sabemos cómo operan las cosas en nuestra familia
cristiana. Por medio de esta declaración se envía un mensaje impositivo e
intimidatorio para quienes dependen de la obra, no hay alternativa de evasión,
no puede haber pensamiento individual porque no es una pregunta, sino una orden.
El epígrafe del penúltimo parágrafo
del enunciado de la Unión sugiere una emulación de que la “vacuna es Jesús”, y esta frase ha generado toda clase de
repercusiones; en otras palabras, debemos promover la vacuna porque la vacuna
es como Jesús. El enfoque literario de las expresiones vertidas, no dan margen
para dudar que esta notificación fue hecha casi sin pensar, en una especie de
aforismo que obliga a quien pertenece al círculo de la obra a cumplir sí o sí,
con un mandato en expreso quid pro quo.
No
podemos cambiar una cosa por la otra, constitucionalmente nadie puede ser
obligado a vacunarse, ni siquiera por un decreto presidencial, pero si puede
ser separado de sus actividades laborales hasta no cumplir con los
requerimientos, si la empresa así lo ordena en concordancia con el gobierno.
Todos en la iglesia sabemos que nadie quiere hablar del comunicado, por temor a
ser despedido o a ser separado de la comunión. Con lo que no estoy de acuerdo
es con utilizar la imagen de Cristo como elemento coercitivo para que todos
decidan vacunarse, básicamente es como no darles alternativa
Muchos
juristas han realizado investigaciones prolijas, con el fin de respaldar la
negativa a la vacunación, sin embargo, en el Código de Nuremberg de 1947, y en
la Declaración Universal sobre Bioética, no se prohíbe la vacunación
obligatoria como muchos juristas aseguran contra ciertas enfermedades, esto es
totalmente falso. Lo que si podemos asegurar es que este código no aplica,
cuando a lo interno de la nación nuestra jurisprudencia no ha legislado aún al
respecto.
Cada
persona es libre de decidir si quiere o no vacunarse, pero no confundamos a la
vacuna con la salvación. Existe un buen porcentaje de adventistas vacunados, y
muchos lo han hecho por cuestiones de trabajo, lo que sí es una realidad es que
todos deben saber que nadie se hará responsable por las secuelas que estas inoculaciones
puedan causar en sus organismos. No todos somos iguales, y no soy experto en
farmacéutica para recomendarla o no, lo que sí puedo compartir es lo que a mí
me ha sucedido desde que recibí las dos primeras dosis; apnea del sueño, fatiga
y debilidad, y que vienen a ser como un síndrome en concordancia con lo
sucedido a otras personas.
Nadie
mete la mano en el fuego por la vacuna, pero todos exigen la inoculación. Los
medios de comunicación informan, pero no se harán responsables por lo que usted
pueda experimentar con el uso de ella. Ya la multitud no sabe, si tenerle más
miedo al Coronavirus o a la vacuna, lo cierto es que los medios populares de
comunicación promueven la vacunación, pero los medios alternativos y sociales
de comunicación, la reprimen y emiten comunicados clandestinos que desdibujan
el panorama epidemiológico con videos e informaciones negativas al respecto de
las vacunas, y sus efectos en algunas personas.
Hemos
llegado a un punto de inflexión en el que la credibilidad al respecto del
Coronavirus es relativa, y de paso también la credibilidad de las vacunas está
en duda. Ahora bien, el presidente de la Unión está convencido de que la vacuna
es vida, así como Jesús; con esto imaginamos que él ya ha sido inoculado, pero
lo cierto es que si lo hizo, no significa que porque él lo manifieste con un
tono coercitivo, todo mundo debe hacerlo o estará en la cuerda floja, a esto se
le llama, uso de la fuerza.
A estas
alturas del partido, nadie sabe a ciencia cierta, cual es el objetivo de la inoculación
masiva y tampoco se puede cuestionar porque los sentimientos son encontrados;
hay detractores y hay quienes la apoyan, pero sin importar cuantos estén de
cada lado, cada ser humano es libre de tomar su propia decisión. Nadie puede
tomarse la atribución de obligar a los demás a fraternizar con su disposición
de lo que debe ser. En la obra nadie debiera ser despedido por negarse a ser
vacunado, lo que si pueden hacer los vacunados es, exigir a quien no se vacune
que tenga constancia de estar eximido de contaminación. En lo que no podemos
estar de acuerdo es, en la absurda ilustración del presidente de la Unión;
porque si estas vacunas han sido diseñadas con objetivos malévolos, sería como
atribuirle al Espíritu Santo la obra se Satanás, y como todos sabemos, esto sí
sería un pecado imperdonable.
4 comentarios:
Excelente mi hermano
Totalmente de acuerdo contigo, mi hermano, eso se llama coerción, y esto es inadmisible de cualquier forma, el señor Jose Degracia, firmante de esta nota, esta totalmente fuera de lugar.. Hasta cuando esta lucha, a muchos les falata posturas de gallina, para hablar libremente, a pesar de las consecuencias, y me refiero a los ministros de iglesia, unanse, en la unidad hay fuerza.
Hermano cheyco muy bendecido sea una pregunta donde puedo obtener su música me gustaría el álbum fan de Jesús y pistas por favor comuníquese conmigo espero su respuesta
Hermano cheyco muy bendecido sea una pregunta donde puedo obtener su música me gustaría el álbum fan de Jesús y pistas por favor comuníquese conmigo espero su respuesta le dejo mi correo richarruiz12@gmail.com soy de Guatemala
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