La
piedad de la iglesia primitiva, está transformando en ángeles a aquellos santos
que con actos de amor desinteresado, sirvieron al siervo del Señor en medio de su
agonía, esta será la gran característica de aquellos que están sufriendo la
metamorfosis del Espíritu Santo, hacia una transición que los llevará al reino
de los cielos con hechos, y no con palabras. Hombres y mujeres que sin excusas,
en los más de ocho meses de sufrimiento de mi padre, se hicieron presente, para
para dar honor a un hombre que honro la palabra pastor con humildad y esmero.
Dios nos dio tiempo suficiente para escuchar un último consejo, vertido de la
sabiduría que lo investía mientras aún estaba consciente. Quienes tuvieron el
privilegio de estar cerca de nuestro padre en nuestro país, y honrar a mi padre
con su presencia mientras aún vivía para demostrarle su amor, y aquellos que aun
estando lejos morían de ganas por visitarlo en su convalecencia, siéntanse bien,
porque Dios los está preparando para esa transformación, podría mencionar
muchas cosas por las cuales mi padre era único, pero sonaría vanidoso, asunto
de lo que él no estaría orgulloso en su característica humildad, basta con
escuchar los testimonios de lo que hizo en la vida de hermanos que dicen el
gran hombre de Dios que era el pastor Diógenes Centeno.
Agradecemos
a todos los que de alguna manera hicieron un gran esfuerzo por estar pendientes
del siervo de Dios en medio de este viacrucis que ha servido de salvación para
nosotros. Mi padre fue tan excelente en lo que hacía, y Dios lo dotó de tanta
sabiduría que nosotros como hijos llegamos casi a venerarlo, sin embargo entendimos
que, Dios se lo llevó con sufrimiento y dolor, para que nosotros comprendiéramos
que debíamos amarlo más a él, y al gran sacrificio de Jesús, que a nuestro
propio padre; comprendimos ahora que cualquiera que ame más a padre o madre no
es digno de Cristo. Ahora nos toca amar y valorar aún más, el gran sacrificio
de Jesús en la cruz del calvario, que a nuestro progenitor, el sufrimiento de nuestro
Señor Jesucristo representó la salvación de la humanidad, él sufrió para que
todos nosotros tengamos una oportunidad; sin embargo, el sufrimiento de mi
padre fue un acto de misericordia de Dios, para que nosotros como hijos y su
amada esposa, podamos llegar a ser salvos, posando nuestra mirada en el
salvador, y recordando siempre que lo único que hizo el pastor Centeno fue,
mostrarnos el camino, y a quien debemos honrar más con nuestras vidas;
olvidando ciertamente lo que queda atrás, seguiremos al blanco, puestos los
ojos en Jesús el autor y consumador de nuestra fe.
Fue un
verdadero honor, haber sido hijo del pastor Diógenes Centeno. Su vida en
realidad fue un ejemplo para todos, porque estaba escondida en todas las
características que investían al buen pastor. Lleno de defectos como era, fue
un excelente hijo, padre y amigo, sus obras han quedado plasmadas en aquellos
testimonios que hemos recibido y que nos dicen que él ha sido sellado para
salvación y está al resguardo de Dios.
En medio
de todo este sufrimiento, Dios envió ángeles que ministraron a su siervo en su
convalecencia. Hombres y mujeres que realizaron una labor de servicio al pastor
Centeno sin ningún salario, pero, con una gran recompensa, y que parte de la
satisfacción de haber sido útiles con sus talentos, para llevar alivio a su
condición física. Sin embargo más allá de esta disposición, fueron movidos por
el amor a mi padre, quien siempre será recordado porque dejó una huella
imborrable en todos aquellos que lo conocimos.
A
nosotros como su familia, nos corresponde hacer lo que él ya no puede hacer,
agradecerles a todos aquellos que con amor desinteresado han estado con
nosotros desde el principio de este viacrucis. Extendemos este agradecimiento a
quienes de una manera espiritual, física y emocional nos brindaron todo su
apoyo desde el principio; nada faltó, es más, sobró. La preocupación de los
hermanos, nos demostró sin lugar a la menor duda, que existe una piedad de la
iglesia primitiva que se está manifestando con hechos, y que se está revelando
en todos aquellos que en medio de un pueblo que duerme, se están preparando
para su sellamiento.
Con amor,


No hay comentarios:
Publicar un comentario