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domingo, 12 de febrero de 2017

ORACIÓN POR EL MINISTERIO


Por: Cheyco Centeno
     En los últimos días he recibido una gran cantidad de comentarios que ni siquiera he querido evaluar según los criterios de mis publicaciones. Cada quien verá lo que desee o sienta en su corazón. Si lo quieren ver con odio, así lo harán, si lo quieren ver con resentimiento, también lo harán. Pero me agrado de aquellos que con mucha ecuanimidad han esbozado sus opiniones objetivamente, sin permitir que el enemigo siembre en ellos un espíritu de maldad.
   
     Si bien es cierto que mis declaraciones se pueden prestar para malas interpretaciones, todos aquellos que consideren que estoy atacando al ministerio que Dios nos ha dado están plenamente equivocados. En los últimos días he recibido un sinnúmero de solicitudes de amistad en Facebook, así mismo como en Wathsapp, pero me he dado a la tarea de filtrar por sus comentarios a muchas personas que con saña furiosa y sin un fundamento sólido si desean atacar a nuestros ministros.

     En ningún momento hemos particularizado nuestras declaraciones para hacer daño a nuestros pastores. Sí, es evidente que he mencionado algunas acciones que se están dando, que con el amor que nos constriñe y nos debe de unir debemos conversar con nuestros pastores en el amor de Cristo, ellos también nos escuchan o al menos deben estar dispuestos a hacerlo para armonía de todos. Pero como hermandad debemos ser colaboradores de nuestros ministros. La sustancia del avance de nuestro evangelio consiste en pensar y actuar como uno solo. Todos tenemos parte y responsabilidad en la obra de Dios y no podemos excusarnos bajo ninguna razón.

     Algunos hermanos han cometido el grave error de medir las acciones de nuestros ministros con modelos externos. El aspecto doctrinal no es algo que debemos cuestionar, porque nuestro mensaje es único. Cualquiera que fuera de estos conceptos yerra no es digno de este mensaje. Tergiversar el mensaje Adventista es distorsionar la verdad y no debemos ser cómplices de semejante apostasía. Nuestros pastores necesitan ayuda para ser mejores, no es solo responsabilidad de ellos este ministerio, Si ellos escribiesen un libro también tendrían mucho que decir de nosotros los hermanos. ¿Creen que solamente ellos yerran? Nosotros cometemos errores diariamente y ellos no serán responsables por nuestros errores. Muchos de los que escriben acerca de los pastores, lo hacen como si estuviésemos libres de pecado; examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe, dijo el apóstol Pablo en 2da de Corintios 13:5.

     Quizá algunos de nuestros ministros se hayan sentido aludidos de manera particular cuando dije que estamos viviendo una dictadura eclesiástica en Panamá. Hay quienes quisieron aprovechar este eje para echar a andar el carro de la disconformidad y atacar a los pastores. Esta declaración no incluía específicamente a los pastores, incluía también a nuestros ancianos o líderes de las congregaciones. No podemos erigirnos como mandamases, sentir que todo está bajo nuestro control; sentirnos así nos llena de soberbia y orgullo, sintamos que es un privilegio que Dios nos ha dado de servir a su misión y cumplamos con humildad la parte que Dios nos ha dado. Si bien es cierto que Dios nos ha dado el derecho y la libertad de disentir, no podemos descalificar lo que se ha hecho bien, y muy bien hecho.

     Dios ha prosperado el desarrollo de nuestras instituciones en Panamá a través de líderes capaces en la administración, pero hemos perdido gran parte de la fuerza de nuestra predicación. Es allí en donde debemos reforzar nuestro compromiso con el evangelio para cerrar con broche de oro la culminación de esta magna obra que Dios nos ha dado.

     Nuestra iglesia necesita un despertar; decir lo que están o no haciendo nuestros ministros no es el centro de todo el asunto. El centro es poder compartir con quienes deseen pedir más de la dirección de Dios en su ministerio, sabemos que es un trabajo cansador, pero Dios ha prometido renovar nuestras fuerzas en (Isaías 40:31) para poder terminar la obra.  

ORACIÓN POR LOS MINISTROS

Pedimos al Todopoderoso ilumine el camino de nuestros pastores
Que bendigas su ministerio y los protejas a donde quiera que vayan
Pon espíritu de humildad en ellos para que puedan penetrar en los corazones de quienes les escuchan
Dales fuerzas cuando siente no poder más
Discernimiento para tomar las mejores decisiones
Ayúdales a mejorar cada día más
Bendice a sus familias y prospérales según tu voluntad
Haz de cada hogar de ellos un ejemplo de inspiración
Permite que en sus vidas ellos puedan dejar una marca imborrable en sus hijos
Dales sabiduría para estar siempre del lado de la justicia y la verdad
Llena sus corazones de la pasión del evangelio de Pablo
Hazlos valientes como Josué
Constantes como Samuel
Sinceros y fieles como José
Y conforme a tu corazón como David
Ayúdales a siempre a verte como Moisés
Y jamás permitas que se aparten de la verdad por amor a ti

     Que la hermandad nunca olvide que Dios es el máximo dirigente y Él nunca se equivoca, que lo que a nuestro parecer puede estar andando mal, tal vez pueda ser el propósito de Dios para probar nuestra fe. Es por eso que nuestras declaraciones no tienen el propósito de atacar a nuestros ministros porque pudieran estar equivocadas, pero si en algún sentido alguno de nuestros ministros se sintió identificado con alguna de nuestras opiniones; deseamos de todo corazón que sean para el bien de su ministerio y no en detrimento del mismo.

     Sigamos adelante, que nuestra iglesia Adventista, es la iglesia verdadera de Dios con sus virtudes y defectos, y procuremos ser instrumentos de edificación en la obra de Dios, porque hemos sido llamados  para salvación. Defenderemos siempre esta luz que Dios nos ha dado junto con nuestros ministros para que el evangelio avance hasta el tiempo del fin.

     Bendiciones para nuestros pastores.

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