
En los últimos días he recibido una gran
cantidad de comentarios que ni siquiera he querido evaluar según los criterios
de mis publicaciones. Cada quien verá lo que desee o sienta en su corazón. Si
lo quieren ver con odio, así lo harán, si lo quieren ver con resentimiento, también
lo harán. Pero me agrado de aquellos que con mucha ecuanimidad han esbozado sus
opiniones objetivamente, sin permitir que el enemigo siembre en ellos un
espíritu de maldad.
Si bien es cierto que mis declaraciones se
pueden prestar para malas interpretaciones, todos aquellos que consideren que
estoy atacando al ministerio que Dios nos ha dado están plenamente equivocados.
En los últimos días he recibido un sinnúmero de solicitudes de amistad en Facebook,
así mismo como en Wathsapp, pero me he dado a la tarea de filtrar por sus
comentarios a muchas personas que con saña furiosa y sin un fundamento sólido
si desean atacar a nuestros ministros.
En ningún momento hemos particularizado
nuestras declaraciones para hacer daño a nuestros pastores. Sí, es evidente que
he mencionado algunas acciones que se están dando, que con el amor que nos
constriñe y nos debe de unir debemos conversar con nuestros pastores en el amor
de Cristo, ellos también nos escuchan o al menos deben estar dispuestos a hacerlo
para armonía de todos. Pero como hermandad debemos ser colaboradores de
nuestros ministros. La sustancia del avance de nuestro evangelio consiste en
pensar y actuar como uno solo. Todos tenemos parte y responsabilidad en la obra
de Dios y no podemos excusarnos bajo ninguna razón.
Algunos hermanos han cometido el grave
error de medir las acciones de nuestros ministros con modelos externos. El
aspecto doctrinal no es algo que debemos cuestionar, porque nuestro mensaje es
único. Cualquiera que fuera de estos conceptos yerra no es digno de este
mensaje. Tergiversar el mensaje Adventista es distorsionar la verdad y no
debemos ser cómplices de semejante apostasía. Nuestros pastores necesitan ayuda
para ser mejores, no es solo responsabilidad de ellos este ministerio, Si ellos
escribiesen un libro también tendrían mucho que decir de nosotros los hermanos.
¿Creen que solamente ellos yerran? Nosotros cometemos errores diariamente y
ellos no serán responsables por nuestros errores. Muchos de los que escriben
acerca de los pastores, lo hacen como si estuviésemos libres de pecado;
examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe, dijo el apóstol Pablo en 2da de
Corintios 13:5.
Quizá algunos de nuestros ministros se
hayan sentido aludidos de manera particular cuando dije que estamos viviendo
una dictadura eclesiástica en Panamá. Hay quienes quisieron aprovechar este eje
para echar a andar el carro de la disconformidad y atacar a los pastores. Esta
declaración no incluía específicamente a los pastores, incluía también a
nuestros ancianos o líderes de las congregaciones. No podemos erigirnos como
mandamases, sentir que todo está bajo nuestro control; sentirnos así nos llena
de soberbia y orgullo, sintamos que es un privilegio que Dios nos ha dado de
servir a su misión y cumplamos con humildad la parte que Dios nos ha dado. Si bien
es cierto que Dios nos ha dado el derecho y la libertad de disentir, no podemos
descalificar lo que se ha hecho bien, y muy bien hecho.
Dios ha prosperado el desarrollo
de nuestras instituciones en Panamá a través de líderes capaces en la
administración, pero hemos perdido gran parte de la fuerza de nuestra
predicación. Es allí en donde debemos reforzar nuestro compromiso con el evangelio
para cerrar con broche de oro la culminación de esta magna obra que Dios nos ha
dado.
Nuestra iglesia necesita un despertar; decir
lo que están o no haciendo nuestros ministros no es el centro de todo el
asunto. El centro es poder compartir con quienes deseen pedir más de la
dirección de Dios en su ministerio, sabemos que es un trabajo cansador, pero
Dios ha prometido renovar nuestras fuerzas en (Isaías 40:31) para poder
terminar la obra.
ORACIÓN POR LOS MINISTROS
Pedimos al Todopoderoso ilumine
el camino de nuestros pastores
Que bendigas su ministerio y los
protejas a donde quiera que vayan
Pon espíritu de humildad en ellos
para que puedan penetrar en los corazones de quienes les escuchan
Dales fuerzas cuando siente no
poder más
Discernimiento para tomar las
mejores decisiones
Ayúdales a mejorar cada día más
Bendice a sus familias y prospérales
según tu voluntad
Haz de cada hogar de ellos un
ejemplo de inspiración
Permite que en sus vidas ellos
puedan dejar una marca imborrable en sus hijos
Dales sabiduría para estar
siempre del lado de la justicia y la verdad
Llena sus corazones de la pasión
del evangelio de Pablo
Hazlos valientes como Josué
Constantes como Samuel
Sinceros y fieles como José
Y conforme a tu corazón como David
Ayúdales a siempre a verte como
Moisés
Y jamás permitas que se aparten
de la verdad por amor a ti
Que la hermandad nunca olvide que Dios es
el máximo dirigente y Él nunca se equivoca, que lo que a nuestro parecer puede
estar andando mal, tal vez pueda ser el propósito de Dios para probar nuestra
fe. Es por eso que nuestras declaraciones no tienen el propósito de atacar a
nuestros ministros porque pudieran estar equivocadas, pero si en algún sentido
alguno de nuestros ministros se sintió identificado con alguna de nuestras
opiniones; deseamos de todo corazón que sean para el bien de su ministerio y no
en detrimento del mismo.
Sigamos adelante, que nuestra iglesia
Adventista, es la iglesia verdadera de Dios con sus virtudes y defectos, y procuremos
ser instrumentos de edificación en la obra de Dios, porque hemos sido
llamados para salvación. Defenderemos
siempre esta luz que Dios nos ha dado junto con nuestros ministros para que el
evangelio avance hasta el tiempo del fin.
Bendiciones para nuestros pastores.
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